lunes, 2 de noviembre de 2009

El arte del cambio

Hoy me encuentro en el aeropuerto de la ciudad de México, reflexionando sobre un par de palabras que escuche hace ya casi tres años. Me encontraba comprando boletos de avión y había terminado el internado y me dirigía al servicio, el cual habría de realizar en la sierra de chihuahua, mis padres insistieron en que me quedara el mayor tiempo posible y por ello la razón de viajar en avión a la capital del estado (un mísero viaje de 30 minutos que dura más en subir que lo que tarda en bajar). La mujer que nos atendió dijo dos palabras que aún resuenan en mi mente ¨va a empezar a volar¨, refiriéndose a mi. Una selección muy interesante de palabras tomando en cuenta que efectivamente iniciaba el viaje de mi vida. Hoy en retrospectiva, veo con cariño al joven que escucho esas palabras, y me pregunto donde habrá quedado mientras caminaba en el sendero del aun no dominado arte del cambio. Viví mil cosas en ese trayecto. Encontré el milagro de la simplicidad mientras escuchaba el aleteo de un colibrí entre las montañas de Bocoyna, resonaron mis pensamientos en las barrancas del cobre, desnude mi alma frente a las llamas de un calentón, me entregue a la locura del amor y aprendí lo que significa ser médico al dar ayuda a lo que pensé no podría ayudar. Enfrente la noche obscura del alma y pude oír el preciso momento en que se quebró mi corazón. Pero también descubrí la fuerza para la levantarme de las cenizas y continuar caminando. Renové las fuerzas al lado de guerreros lastimados y juntos redescubrimos el arte de sanar. Y al final enfrentar la aventura, el asana de la vida para la cual nadie esta jamás preparado, pero tampoco necesitar estarlo. Y entender la sabiduría gentil del universo y de cómo efectivamente se hace camino mientras andamos en el.
Hoy como siempre me encuentro en transición. Y es que siempre estamos en ella. Las cosas se arman y después se desbaratan para dar paso a otras y a otras. He aprendido aquietar la mente y asilenciar el pataleo existencial. Y empezar a dominar este arte de seguir. Detenerse no es una opción y dejar de decir porque yo. Y mejor preguntarme que estoy aprendiendo de esto.
Al final solo queda relajarnos con la situación, no hay nada sobre que pararnos. No hay nada inmutable o indestructible. Sino en cambio un flujo de situaciones interminables. Habrá días buenos y malos y lo que queda en medio. Pero esta es la verdadera valentía, enfrentar esta realidad relajadamente y entender que estamos de paso, en transición. Ver las cosas por lo que son y no aferrarse.
Hoy quedan paso en la arena del tiempo, que en un momento se habrán de borrar, hasta que alguien más camine el mismo rumbo. Hoy queda luz de la mente vacia la cual a nada se aferra y todo entiende.
Buen viaje……….